El tratamiento fisioterapéutico es un elemento fundamental para aumentar al máximo la capacidad funcional y minimizar las complicaciones derivadas de las enfermedades neuromusculares.
La pérdida de funcionalidad y calidad de vida de aquellos que padecen muchas de estas patologías, que afectan a unas 60.000 personas en España, hacen especialmente necesario el tratamiento de fisioterapia que en muchos casos debe desarrollarse forma permanente.
La actuación de un fisioterapeuta permite optimizar la independencia, la seguridad y el bienestar, y de ese modo mejorar la calidad de vida de los que padecen enfermedades neuromusculares, destacando los siguientes objetivos en la intervención del fisioterapeuta:
- Mejorar/mantener/retardar la pérdida de fuerza y masa muscular
- Prevenir la aparición de contracturas musculares y deformidades en las articulaciones.
- Prolongar la deambulación el máximo tiempo posible por el beneficio que supone al mejorar funciones sistémicas.
- Mantener/mejorar la función respiratoria: aspecto de vital importancia para evitar complicaciones respiratorias.
- Estimular independencia y funciones físicas.
Las enfermedades neuromusculares (ENM) forman un conjunto de más de 150 enfermedades neurológicas que afectan al músculo, a la unión neuromuscular, al nervio periférico o a la motoneurona espinal, cuyo origen puede ser genético o hereditario y también adquirido siendo su diagnóstico complejo.
Producen afectación de la musculatura en forma de debilidad, atrofia, miotonía o dolor muscular que, en todos los casos, condicionan la vida de aquellos que las padecen. Además, al tratarse de enfermedades multisistémicas pueden verse afectados otros órganos como cerebro o corazón.

